En la época de la inquisición no todos los crímenes eran castigados con la pena de muerte. Algunos crímenes como robo y estafa eran condenados con un castigo que servía mas de escarmiento para el reo que para castigarlo físicamente. Una de esas herramientas de castigo mental es es "cepo", en la cual se inmovilizaba al reo de manos y cabeza o solo de los pies y se le dejaba allí en la plaza publica para que el pueblo lo humillase públicamente hasta que cumpliera su sentencia. En la mayoría de los casos, alguien del pueblo le orinaba encima o le escupía. En algunos de los casos, al reo se le abrían heridas en la piel que se infectaban con la basura y los desechos fecales que se le tiraban encima y este moría por septicemia.
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